miércoles, 23 de febrero de 2011

"Cuando estés en roma, haz como los romanos"

Un amigo me recomendó este Dorama (serie televisiva japonesa con actores) hace un tiempo. Muestra las peripecias de Haruko Kano, una profesora japonesa. En cada capítulo, la carismática Haruko-sensei se centra en uno de sus estudiantes. Es una serie muy recomendable ya que muestra muchos elementos de la cultura japonesa, su lengua y su sociedad de una forma amena y divertida.

Haruko empieza a trabajar, más por accidente que por vocación, en una escuela de japonés para extranjeros.   Su primera clase es un desastre. Haruko es incapaz de responder correctamente a las preguntas que le hacen sus alumnos y es humillada por Takasu-sensei, otro de los profesores de la academia. Tras visitar a la directora del centro,quien le hizo darse cuenta de su vocación como maestra, y visitar a Bob a su trabajo, uno de sus alumnos; Haruko decide darle una oportunidad a la escuela de japonés. Haruko se pone las pilas y trata de aprender el japonés que los japoneses desconocen. Su segunda clase, fuera de las aulas y focalizada en Bob, resulta ser un éxito. Sintiéndose victoriosa, Haruko cae en la trampa de Takasu y promete renunciar a su sueño de ser profesora de secundaria si no logra que toda su clase pase el examen final. La apacible vida de la carismática Haruko-sensei no va a ser un camino de rosas...



Elementos culturales del episodio 1: Bob

  • El respeto por las personas mayores en Japón es mucho más notable que en nuestra cultura. Como se muestra en el capítulo, hay asientos reservados a personas con problemas de mobilidad en los transportes públicos. Es de muy mala educación no ceder el asiento a estas personas.
  • Otra costumbre en los transportes públicos es no hacer mucho ruido para no molestar a los otros pasajeros. Llevar la música en un volumen inadecuado o hablar fuerte está mal visto. No hablemos de escuchar música sin auriculares...
  • ¡No se corre por los pasillos! Y punto.
  • En el trabajo, siempre tienes que esforzarte. Para los japoneses darlo todo en el trabajo es lo mínimo que se le puede pedir a un empleado, de igual modo, los nipones son muy exigentes en los estudios.
  • Gastronomia: ramen, te y sushi. Proximamente, ya dedicaré una entrada a gastronomia del país del sol naciente.
  • Hacer promesas a otra persona enlazando los dedos meñiques se llama Yubikiri. Entorno a este dedo existe una leyenda que afirma que las personas predestinadas están unidas con un hilo rojo atado a este dedo. Próximamente, comentaré esta leyenda. Como curiosidad, los Yakuza, mafiosos japoneses, cortan la falange de los dedos meñique en algunas ofensas. ¡Que miedo!

viernes, 18 de febrero de 2011

¡Qué Mala Suerte!

Tanto en España como en Japón, existe la mala suerte. Es algo de lo que no se puede huir. Sin embargo, la mala suerte no es la misma en todos los rincones.

En Japón, algunas supersticiones deben su existencia a las características lingüísticas del idioma. Algunos de los vocablos pueden ser relacionados con palabras de lo más escabrosas mediante la homofonía o polisemia. Todas estas coincidencias afectan notablemente las acciones de los japoneses.

Las cifras a evitar en Japón son el 4, 9 y 43 ya que tienen un significado bastante tenebroso. El número 4 [] se lee en lectura on’yomi como “shi”, idéntico sonido al de la palabra “Muerte” []. Por el otro lado, 9 [] se pronuncia como “ku” y se parece mucho a la pronunciación de la palabra “Sufrimiento” []. Otro caso es el de 43, cuya lectura significa “nacimiento muerto”. Así pues, en hoteles se procura evitar las habitaciones con estos números, igual que en las secciones de maternidad; incluso, hay algunos hoteles en los que no existen habitaciones con estas cifras. Recientemente, y por importación de la cultura occidental, el número 13 se ha añadido a la lista de malos augurios.

Los nipones no se libran de atraer a la mala suerte ni las situaciones en las que parece que nada puede ir a peor. En Japón es habitual ocultar el pulgar dentro del puño cuando se ve un coche fúnebre y se protege a los padres de la persona, pues el pulgar se traduce en japonés como “dedo padre”. Otras costumbres del país del sol naciente es el vestir de blanco en los entierros y purificarse tirándose sal por encima de uno mismo, muy al contrario que en Occidente, donde estas acciones traerían mala suerte o serían vistas como una indiscreción. Ni durante las comidas se puede bajar la guardia, pues clavar los palillos en la comida (especialmente en el arroz) o pasarse comida de unos palillos a otros tienen similitud con rituales y tradiciones funerarias. Tampoco uno puede descansar sin que la mala suerte le aceche, dormir orientado hacia el norte puede acortar la vida, pues es así como se entierran los muertos. Tal como se muestra en el manga 'Paradise Kiss' de Ai Yazawa.



Otras muchas de las supersticiones de los nipones están estrechamente relacionadas con el mundo nocturno y de los animales. Como por ejemplo, cortarse las uñas de noche no es nada recomendable si quieres sobrevivir a tus padres, igual que ver una araña (¡pero si es por la mañana no la mates! ¡Trae buena suerte!).

Como curiosidad, los zapatos parecen ser un elemento muy susceptible a traernos desgracias. Estrenar zapatos por la noche nos traerá mala suerte y si se mojan en un día lluvioso, siempre que nos los pongamos lloverá.

No obstante, siempre nos quedará el ‘Maneki Neko’ (gato de la buena suerte), presente en muchos comercios o restaurantes para atraer a los clientes y a la buena suerte, o el 'Teru-teru bozu' para que salga el sol...