El día 8 de marzo, se cumplen 76 años de la muerte de Hachiko, un perro que conmovió a la sociedad japonesa y del que todavía hoy se recuerda su enternecedora historia:
A principios de la década de 1920, Eisaburo Ueno, un profesor del Departamento de Agricultura de la Universidad Imperial (actualmente la Universidad de Tokyo) compró un cachorro de la raza Akita para su hija. El perro tenía un problema en las patas delanteras, que eran ligeramente curvas, adoptando la forma del número ocho (hachi) en kanji [ハ] y por ello adoptó el nombre de Hachiko. Al cabo de poco tiempo, la hija de Ueno quedó embarazada y abandonó la casa para irse a vivir con su marido, dejando a Hachi con su padre porque se habían cogido mucho cariño.
El animal lo acompañaba todas las mañanas en su trayecto desde su casa en el tokyota barrio de Shibuya hasta la estación de metro y regresaba a la noche al mismo punto donde se habían despedido para estar con su amo de vuelta a casa. Hachiko y Ueno se hicieron muy populares entre los habitantes de la zona.
A principios de la década de 1920, Eisaburo Ueno, un profesor del Departamento de Agricultura de la Universidad Imperial (actualmente la Universidad de Tokyo) compró un cachorro de la raza Akita para su hija. El perro tenía un problema en las patas delanteras, que eran ligeramente curvas, adoptando la forma del número ocho (hachi) en kanji [ハ] y por ello adoptó el nombre de Hachiko. Al cabo de poco tiempo, la hija de Ueno quedó embarazada y abandonó la casa para irse a vivir con su marido, dejando a Hachi con su padre porque se habían cogido mucho cariño.
El animal lo acompañaba todas las mañanas en su trayecto desde su casa en el tokyota barrio de Shibuya hasta la estación de metro y regresaba a la noche al mismo punto donde se habían despedido para estar con su amo de vuelta a casa. Hachiko y Ueno se hicieron muy populares entre los habitantes de la zona.
El 21 de mayo de 1925 Hachiko acompañó a su amo, como de costumbre, a la estación de Shibuya. El profesor Ueno no se encontraba demasiado bien y, estando en la universidad, le dio un ataque al corazón y falleció. Cuando llevaron el cuerpo a la casa de Shibuya del profesor, (aquí reside la leyenda), se dice que Hachiko permaneció a su lado. Lo que sí que ocurrió fue que Hachiko fue enviado con unos parientes del profesor Ueno, pero se escapó reiteradas veces, regresando siempre a la casa del profesor. Finalmente, el perro se dio cuenta que aquel ya no era el hogar de su amo y lo fue a buscar a la estación de Shibuya.
Hachiko se pasó nueve años viviendo en la calle, esperando a su amo frente la estación de Shibuya, hasta su muerte en 8 de marzo de 1935. Su fallecimiento causó una gran conmoción en la sociedad nipone y odos los diarios hablaron del suceso en sus portadas.
La popularidad de Hachiko en Shibuya por su fidelidad le valió una estatua (pagada por los vecinos del barrio) que se erigió en Shibuya un año antes del fallecimiento del can. Durante la segunda guerra mundial la estatua fue fundida, pero se volvió a contratar en 1947 al hijo del escultor original para que realizara una réplica de la estatua de Hachiko.
De esta historia se han hecho varias adaptaciones cinematográficas, siendo la más conocida (o no tanto como sería deseable) la interpretada por Richard Gere "Siempre a tu lado, Hachiko" (2009). Aunque la historia está descontextualizada (una familia americana en estados unidos) se mantiene bastante fiel a la historia.
La historia de Hachiko también logró enternecer a los guionistas de la serie norteamericana Futurama quienes, de un modo muy especial, dedicaron un capítulo de la serie a Hachiko.
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